Entrevista a Amaya Prat, Directora Técnica del CONSELL CATALÀ DE LA PRODUCCIÓ AGRÀRIA ECOLÒGICA
“La agricultura ecológica es compromiso”
El CCPAE es el organismo que certifica y audita los productos ecológicos elaborados en Catalunya, comunidad líder en este sector de la industria alimentaria.
El auge del consumo -y, por tanto, de la producción-, de los llamados "productos ecológicos" ha requerido de una regulación específica para el sector. Los alimentos ecológicos son sometidos a rigurosos controles realizados por las entidades autorizadas, de forma que la sola mención de los términos "ecológico, eco, biológico, bio y orgánico" ya garantiza en la Unión Europea que dicho alimento es ecológico. Amaya Prat, del Consell Català de la Producció Agraria Ecológica, nos habla sobre las características de estos alimentos, cuya demanda va en aumento, así como del organismo de la que ella es directora técnica.
¿Qué es la producción agraria ecológica?
Es un sistema de producción agrícola y ganadero que concibe la explotación agraria como un todo y está basado en la utilización de técnicas respetuosas con el medio ambiente. El manejo ecológico permite prescindir de los agroquímicos de síntesis (fertilizantes, plaguicidas) gracias a técnicas agronómicas, biológicas y mecánicas, tanto tradicionales como novedosas, y no utiliza los organismos genéticamente modificados. Por su parte, la ganadería ecológica garantiza los mayores estándares de bienestar animal y el respeto a los ciclos biológicos de los animales. En la elaboración de los productos ecológicos transformados no se utilizan aditivos o conservantes artificiales.
-¿Cómo funciona el sistema de certificación?
Los agricultures y empresarios que quieran contar con la certificación agraria ecológica se someten a las inspecciones del Consell. Nuestros inspectores se dirigen a ellos al menos una vez al año, y repasan el sistema de producción y elaboración. Se hacen visitas exhaustivas a las parcelas, registros de producción y elaboración, entradas y salidas de productos, se controlan las materias primas que se usan, los insumos, los aditivos, los registros sanitarios. Posteriormente, el comité de certificación evalúa el acta de inspección, y se les otorga un certificado por un año. Siempre tiene una vigencia máxima anual, que hay que renovar. En el caso de algunos productos, intensificamos los controles. Suele haber pocas incidencias, estadísticamente hablando, porque la gente está muy concienciada. Y cuando los controles detectan algún problema, suele ser leve. Las inspecciones no son exactamente sorpresa, pero se les avisa con poco tiempo para que haya más fiabilidad y para evitar fraudes. La agricultura ecológica es un compromiso.
-¿Cuál es la incidencia de los transgénicos en la agricultura ecológica?
Los transgénicos nos han obligado a intensificar los controles a productos susceptibles de sufrirlos: el maíz y la soja. Del primero, tomamos muestras en todas y cada una de las parcelas de la explotación, mientras que la soja aquí no se cultiva, así que vigilamos su distri-bución. El Consell tiene muy claro que no tiene que haber contaminación.
-¿Cuáles son las ventajas de la agricultura ecológica?
Varias, y de distinta índole. Para empezar, crea productos de máxima calidad con una vertiente de salud, en los que no se han utilizado productos químicos de síntesis, ni pesticidas, ni hormonas… Son más gustosos, y no tienen residuos, algo que para el consumidor es cada vez más importante. Pero además, según muchos estudios nutricionales, poseen más antioxidantes, y muchos médicos los recomiendan. El cuerpo no está preparado para luchar contra las sustancias químicas, que además son bioacumulables. En otros ámbitos, cuidas el medioambiente y también el desarrollo rural, aprovechando los recursos de cada región. La agricultura ecológica mantiene el agrosistema en las mejores condiciones posibles.
-¿Qué otros productos se están elaborando en Catalunya amparados bajo el control CCPAE?
Catalunya es puntera en producción ecológica, han entrado muchas cadenas de distribución, y comercios especializados. En Catalunya hay 54.000 hectáreas de agricultura ecológica, en especial se cultivan olivares, frutos secos, viña, y productos mediterráneos…y se empieza a desarrollar el cultivo de hortalizas, en especial en Tarragona y el Maresme. Catalunya cuenta con la ventaja de tener una potente industria elaboradora, donde destacan la elaboración y la fabricación de aceites, cavas y vinos, así como el envasado hortofrutícola . Además, están creciendo mucho los mataderos y las salas de despiece. La superficie controlada creció mucho en el 2001, porque se incorporaron las comarcas de montaña para pasto, y ahora crece sobretodo la industria elaboradora.
-¿A qué tipo de consumidor atraen los productos agrarios ecológicos?
No hemos hecho un estudio de mercado, pero suele ser gente joven, o de mediana edad, con hijos pequeños. Muchos de los consumidores se empiezan a preocupar por estos temas cuando tienen niños. En cualquier caso, cada vez se populariza más, y ya ha llegado a las grandes superficies, lo cual hace diversificar el tipo de comprador. Son productos más caros, es consumo responsable.
-¿Cómo puede asegurarse el consumidor que el producto que escoge ciertamente ha pasado los controles y no ha habido fraude?
Cada vez es más difícil que haya fraude; el consumidor se mira mucho las etiquetas y detecta enseguida los engaños. Es obligatorio mantener la trazabilidad de todos los ingredientes del producto, de manera que todos han sido controlados hasta su venta al consumidor. Aquí es fácil cumplir con toda la normativa a lo largo del proceso, porque hay mucha consciencia ecológica y mucha industria elaboradora. Saltarse el control del Consell es muy difícil, somos un organismo público acreditado por la norma europea EN-45011 que acredita la fiabilidad de nuestros controles y el propio gobierno de Catalunya audita nuestra actividad de control. Ahora mismo, es muy fiable y los productos certificados por el CCPAE poseen prestigio en los mercados nacionales e internacionales.
-Antes de la llegada al mercado de un producto de producción ecológica, muchas veces han intervenido al menos un productor y un elaborador, especialmente en el caso de la ganadería. ¿Cómo se realiza la trazabilidad desde origen para ofrecer plenas garantías?
Cuando se trata de un producto que ha requerido un proceso, como por ejemplo una carne de vacuno, el matadero y la industria cárnica tienen que acreditar que el producto ha cumplido con la normativa en todas las fases previas. Los elaboradores tienen que llevar un registro exhaustivo de todas las entradas, porque el inspector tiene acceso a la contabilidad, facturas, albaranes, etc… son controles muy amplios y exhaustivos.
-Otra de las polémicas gira alrededor de los conservantes autorizados en la elaboración de alimentos ecológicos, por ejemplo el caso de los nitratos en embutidos. ¿Cómo se prevé que evolucionará este tema?
Los nitratos son un tema controvertido. Es un asunto que está en revisión ahora mismo en Europa, hay un debate abierto y posiciones contrapuestas de hasta dónde deben permitirse, y hasta dónde regularlos. Algunas empresas piensan que se tendrían que autorizar. A partir del 2007, se fijan las cantidades en que pueden utilizarse en una nueva normativa europea, y se flexibilizará la situación. Hay un sector más purista, que no los acepta, y otro más flexible que sí los permitiría.
-España es uno de los primeros productores de alimentos certificados de agricultura ecológica en Europa, y en cambio está en la cola en consumo. ¿Tienen alguna acción prevista para incentivar el consumo?
En Alemania, Dinamarca, Francia… en tema de consumo ecológico están mucho más avanzados. Aquí hay un cierto desconocimiento del producto, falta información y falta una campaña de divulgación de estos productos. Pero ya está en marcha. En España se hará una a finales de año, mientras que en Catalunya ya se ha hecho un libro blanco de la agricultura ecológica y está previsto un plan de acción de la agricultura ecológica por parte del Gobierno, que incluye campañas formativas e informativas dirigidas al consumidor. •
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EL C.C.P.A.E.
El Consell Català de la Producció Agrària Ecológica, creado en 1994, y desde el año 2000 erigido en coorporación de derecho público, es la autoridad de control en Catalunya y su función es auditar y certificar los productos agrarios ecológicos. Éstos están regulados por una normativa específica de la UE, el Reglamento 2092/91, que establece un marco armonizado para el etiquetado, la producción y transformación, así como para la inspección y certificación de los productos ecológicos. El Consell, vela por el cumplimiento de la normativa por parte de agricultores, ganaderos y elaboradores. En el Consell hay una junta rectora, por ser un organismo público, está formado por : consumidores, personal de la administración, productores y elaboradores…así, son el sector agroalimentario ecológico y la sociedad quienes lo supervisan. "Así se consigue que sea un organismo independiente, y ajeno a cualquier interés comercial. Mantenemos la imparcialidad", explica Amaya Prat, su directora técnica. Cada Comunidad Autónoma escoge el sistema de control que aplica a la agricultura ecológica. Algunas, como Catalunya, lo hacen depender de un organismo público, y otras como Castilla la Mancha de un privado. En los organismos de certificación públicos no presiona ningún interés comercial, y esto garantiza al consumidor la legalidad y transparencia del proceso", apunta Prat.
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La polémica de los "falsos bio"
"Falsos bío" se denomina a los productos que no cumpliendo el Reglamento CEE 2092/91 sobre la producción agraria ecológica, que protege a los términos biológico, ecológico, orgánico y sus derivados habituales (bio, eco, etc), utiliza el derivado 'bio' en las marcas comerciales de productos no certificados procedentes de Agricultura Ecológica. Actualmente, existe una sentencia de la Comisión Europea que dicta que estas marcas no pueden comercializarse en el mercado en los términos actuales. Según explica Amaya Prat, "en España, hasta ahora, el término 'bio' no estaba protegido como en Europa, y esto creó una gran confusión en el consumidor, además de sensación de fraude e indefensión. Ahora, esto ha acabado, y este año ya se ha resuelto con la protección por parte del gobierno español del término "bio" reservado a los productos de la agricultura ecológica". Los "falsos bio" se han retirado, y las marcas que quieran utilizar el prefijo 'bio' deberán cumplir con la normativa ecológica.. Por eso las grandes marcas que lo comercializaban ya han cambiado el nombre de sus productos, para adecuarse a la nueva norma. "Por nuestra parte", explica Prat, "tenemos el deber de controlar que nadie utilice etiquetas que lleven a engaño en este ámbito. Si alguien usa las etiquetas 'bio', 'eco' en un producto no certificado ponemos una denuncia"
Consell Català de la Producció Agrària Ecológica (CCPAE)
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